La Sala Segunda del Tribunal Supremo de España ordenó a la Audiencia Nacional de ese país que reabra el caso que investiga el asesinato del trabajador de prensa español José Couso, el 8 de abril de 2003, cuando un tanque estadounidense disparó contra el Hotel Palestina de Bagdad, donde se alojaba el periodismo extranjero.
Ese ataque también causó la muerte del reportero de Reuters, Taras Protsyuk, y motivó que el juez Santiago Pedraz procesara a Thomas Gibson, Philip de Camp y Philip Wolford, miembros del ejército de los Estados Unidos, por delito contra la comunidad internacional y asesinato.
En el juicio declararon como testigos los periodistas españoles Jon Sistiaga, Carlos Hernández, Olga Rodríguez y Jesús Hernández Quiñonero, quienes aseguraron que “el ataque del tanque fue premeditado y con intención de matar” y que en el Hotel Palestina sólo había reporteros y no francotiradores como argumentó el Pentágono.
En 2006, la Sección Segunda de la Audiencia Nacional había archivado el caso por entender que no se trataba de un asesinato, sino de un “acto de guerra contra un enemigo aparente erróneamente identificado”, ante lo cual el abogado Leopoldo Torres, en nombre de la familia, recurrió la decisión y el Tribunal Supremo ordenó a la Audiencia Nacional la reapertura de la causa.
La Audiencia Nacional intentó archivar dos veces el caso ante las medidas del juez Pedraz y la intensa acción de los familiares y compañeros de Couso logró que el Supremo insistiera con la orden de completar la investigación desechando los argumentos de actos de guerra.
La Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN), afiliada a la Federación Internacional de Periodistas (FIP), se suma al reclamo de la comunidad internacional para que se investigue hasta las últimas consecuencias y se castigue a todos los responsables -materiales e intelectuales- de los asesinatos de trabajadores de prensa en todo el mundo.