La Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) expresa su más enérgico repudio ante el asesinato de las compañeras Ana María Marcela Yarce Víveros, fundadora y actual reportera de la revista Contralínea y Rocío González Trápaga, ex reportera de Televisa, quienes fueron encontradas con las manos atadas en un parque de la delegación Iztapalapa, de la Ciudad de México.
De esta manera, la FATPREN se suma a lo dicho por la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC), quien expresó su plena consternación ante los hechos.
Tal como señala la entidad sindical latinoamericana, en una semana han sido asesinados tres periodistas, sin que a la fecha se tengan noticias de una acción efectiva del gobierno para detener esta práctica sistemática de aniquilamiento.
La FEPALC ha demandado de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal una acción inmediata: “No queremos más declaraciones ni compromisos públicos con la libertad de expresión, exigimos resultados de las investigaciones. ¿Qué conclusiones se tienen de la investigación del crimen del periodista Humberto Millán Salazar, asesinado el último 25 de agosto?”, manifestó en un comunicado suscripto por su presidente, Celso Schroder.
La Federación, que también integra la FATPREN, señaló su temor porque las autoridades mexicanas dilaten tanto los procesos que un caso termina invisibilizando los crímenes anteriores y, por ende, resignándolos a la impunidad.
Ya son once los asesinatos registrado durante el corriente año contra trabajadores de prensa, y todos los sindicatos del sector de América Latina y el Caribe acompañan a su organización colega, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP), en las demandas de justicia hasta que se esclarezcan cada uno de los crímenes.
“La mejor manera de romper el círculo crimen-impunidad-autocensura es dejar al descubierto y castigar, como manda la ley, a los responsables materiales e intelectuales de tan horrendos hechos. Sólo así quienes pretendan silenciar a la prensa, con el asesinato de nuestros colegas, sabrán que nada les garantiza la libertad y la clandestinidad”, indicó el comunicado de la FEPALC.
Asimismo, se ha demandado de las autoridades del Estado medidas de protección inmediatas para todo el equipo de la revista “Contralínea”, medio de comunicación que ha venido sufriendo agravios y acoso por el tipo de periodismo de investigación que realiza.
El texto de la Federación latinoamericana, finaliza señalando que “considera que estos crímenes contra periodistas dañan en su fibra más íntima la democracia mexicana, su agonizante institucionalidad y siembran un clima de ‘tierra de nadie’ nocivo para la nación”, y que “México hoy es indudablemente el país más inseguro para el ejercicio del periodismo”.
02-11-2011