
Aprovechar el 1 de mayo para saludarlos a cada uno, a cada una de los que hacen de sus mano un mundo, sostenes de familias y del país. Pero también para recordar a los que derramaron sangre, sudor y lágrimas por nuestros derechos. Ser conscientes de ello. Ese es el real valor de este día.
El día internacional del trabajador es en memoria de los mártires de Chicago y la Revuelta de Haymarket. Las huelgas por la jornada de 8 horas comenzaron el primero de mayo de 1886 y continuaron por días. El movimiento obrero fue reprimido, torturado, encarcelado, varios de ellos condenados a muerte. Los diarios más importantes del país dieron cobertura al relato empresarial demonizando a los trabajadores y a sus reclamos con columnas rayanas al fascismo.
En la prensa del día anterior a la huelga, el 29 de abril de 1886, se podía leer: “Además de las ocho horas, los trabajadores van a exigir todo lo que puedan sugerir los más locos anarquistas”. El New York Times decía:
Las huelgas para obligar al cumplimiento de las ocho horas pueden hacer mucho para paralizar nuestra industria, disminuir el comercio y frenar la renaciente prosperidad de nuestra nación, pero no lograrán su objetivo.
El Philadelphia Telegram escribía:
El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate: piensa precisamente en estos momentos iniciar una huelga por el logro del sistema de ocho horas.
El Indianapolis Journal afirmaba:
Los desfiles callejeros, las banderas rojas, las fogosas arengas de truhanes y demagogos que viven de los impuestos de hombres honestos pero engañados, las huelgas y amenazas de violencia, señalan la iniciación del movimiento.
El 4 de mayo los obreros hacen un acto en Haymarket Square, con la presencia del alcalde (como garantía de seguridad), pero finalizado el mismo son brutalmente reprimidos por la policía que al avanzar es alcanzada por un explosivo que mata a un uniformado y hiere a otros más. Los medios nuevamente van a apoyar el relato oficial.
Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!
El 21 de junio se llevó a cabo el juicio contra 31 responsables del “atentado”. Sólo 8 fueron juzgados y hallados culpables en una clara farsa montada que no respetó norma procesal alguna. 5 fueron condenados a muerte y otros tres reprimidos.
Uno de ellos, Arthur Spies dijo al conocer su condena:
“Honorable juez, mi defensa es su propia acusación, mis pretendidos crímenes son su historia. […] Puede sentenciarme, pero al menos que se sepa que en el estado de Illinois ocho hombres fueron sentenciados por no perder la fe en el último triunfo de la libertad y la justicia.”
Hoy nos encontramos frente a una situación económica y política que nos reprime y ahoga. Muchísimos compañeros y compañeras han perdido su trabajo. Otros no tienen estabilidad alguna. El estado no da respuestas más que a los grupos empresarios y la lucha en la calle vuelve a unirnos como pueblo, como en este 29 de abril donde volvimos a recuperar las calles de nuestros país. Por eso un saludo, un abrazo, pero sobre todo nuestro acompañamiento en la lucha. Y la memoria es vital para ello. Sigamos haciendo historia.