Por Silvina Ríos, secretaria de DDHH de FATPREN
Hoy, como cada 25 de marzo, se celebra una vez más el Día de las y los Trabajadores de Prensa de la República Argentina, tras establecerse en 1944 el Estatuto del Periodista Profesional, inspirado por Juan Domingo Perón desde la Secretaría de Trabajo y Previsión. Dicha norma se convertiría en la Ley 12.908, sancionada y promulgada en diciembre de 1946, con plena vigencia en la actualidad.
Al mismo tiempo, se cumplen 44 años del asesinato del compañero Rodolfo Walsh, quien un día antes de ser asesinado había publicado la emblemática “Carta Abierta” a la Junta Militar.
En este marco y situándonos en la actualidad las, les y los Trabajadores de Prensa nos encontramos en momentos más que difíciles, somos “esenciales” pero todavía sin vacunar y con salarios que no superan la línea de pobreza. En enero de 2021 la canasta básica registrada por el INDEC se situó en alrededor de 58 mil pesos mientras que el salario básico de un Redactor, según figura en la escala de FATPREN está en 45 mil pesos aproximadamente. Y es imprescindible destacar que no todos los, las y les periodistas cobran el monto correspondiente a la tarea que realizan; porque no todos los medios-empresarios pagan lo que debieran.
Esta lamentable situación económica de muchos medios de comunicación (no así de sus empresarios dueños) ha llevado a una profundización de la precarización laboral y a que la autogestión (y consiguiente precarización) gane terreno entre les compañeres.
La pandemia no pasó desapercibida para nosotros, agravando un estado de situación ya débil y precario; aun así, la idea de perder el trabajo crea miedos, haciendo que muchas veces, aceptemos condiciones nefastas de trabajo y soportemos niveles de exigencia pocas veces vistos.
Mientras muchos sectores se asombraban y mostraban cómo se reinventaban, para los trabajadores y trabajadoras de Prensa, el término no es nuevo. Todo el tiempo nos reinventamos, transformamos y cambiamos; somos creadores por naturaleza. Algunos hablan de “rebusques”, otros de “kioskos”, llámeselo como prefieran: somos verdaderos sobrevivientes de todos los tiempos.
En días en que, además, recordamos y reivindicamos la Verdad, la Memoria y la Justicia como defensores de los Derechos Humanos, reclamamos y exigimos también como trabajadores esenciales, la vacunación urgente contra el COVID. Somos esenciales para comunicar la actualidad. La Información es un Derecho Humano y tomamos esta consigna como fundamental y central, pero lamentamos profundamente que no somos tenidos en cuenta por las autoridades nacionales de Salud para recibir la vacuna que nos permita trabajar más tranquilos ante una pandemia que sacude el mundo entero.
Exigimos vacunación urgente para todas, todos y todes les periodistas que nunca dejamos de estar al frente en momentos de tantas pérdidas, de tanto dolor, y a la vez, de tanta necesidad de información pura, sin trasfondos de ningún tipo.
Más allá de todas las cuestiones planteadas en estas líneas que muestran un momento complicado para nuestra profesión, reivindicamos hoy más que nunca el cumplimiento del Estatuto del Periodista y resaltamos las palabras de Rodolfo Walsh: “Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una contradicción andante; y el que comprendiendo no actúa, tendrá un lugar en la antología del llanto, no en la historia viva de su tierra”.