El 18 de septiembre de 2006, el mismo día en el que dictaban la sentencia por los secuestros, torturas y asesinatos cometidos por la fuerzas de seguridad de la Provincia de Buenos Aires a cargo del general Ramón Camps y su mano derecha Miguel Etchecolatz, en la época de la dictadura cívico militar más nefasta de nuestra historia, desapareció por segunda vez el testigo clave de ese juicio: JORGE JULIO LOPEZ.
Un hombre de 77 años, que había sido secuestrado a fines de 1976 de su casa del barrio Los Hornos (La Plata) trasladado al Pozo de Arana, luego a la Comisaría Quinta, hasta que lo llevaron a la Unidad 9, y después de tres años de torturas fue liberado.
Se trató del primer juicio tras las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, donde los militares continuaban mostrando su poder. Pasaron 10 años y no se sabe nada de JORGE JULIO LOPEZ; gracias a la lucha de las organizaciones de derechos humanos, sociales y políticas la imagen del compañero López sigue presente. Los grandes medios de comunicación también lo olvidaron y silenciaron.
Por ello, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) rememora en esta fecha tan especial a los 30.000 detenidos desaparecidos, y exige aparición con vida de JORGE JULIO LOPEZ. Ni olvido, ni perdón.
